La convicción con la que quiero hablarte de bienestar vinculado a las rutinas es muy sencilla, a los perros les ofrece seguridad y confianza ser conocedores de las dinámicas familiares y entender un orden en las actividades y hábitos que componen su día a día.
Mas cuando convivimos con perros sensibles con algunas dificultades, tener control sobre su propia rutina puede ser lo que sostiene la seguridad sobre el entorno en el que vive .
Aunque esto es un tema inmenso.
Tengamos en cuenta que en una rutina cotidiana con nuestro perro, las variables suelen ser externas al núcleo familiar (ejemplo: nos cruzamos con alguien en el ascensor, ó se escucha ruido fuerte de la calle; temas difíciles de predecir). Es por eso que la existencia de una dinámica clara, repetitiva y constante le ofrecerá a nuestros perros un anticipo de lo que podrá enfrentarse a lo largo de un día normal.
Obviamente, pueden existir variantes entre la rutina de un día y otro (ejemplo: voy al gimnasio martes y jueves; ó viene visita a casa cada domingo), pero a pesar de ser un cambio, termina siendo una constante.
Quiero que leas lo que dice Google cuando le preguntas por el concepto “bienestar”: Dicho de forma sencilla, el bienestar es el estado que se alcanza cuando uno se siente y desenvuelve bien en la vida.
“Se siente y se desenvuelve bien”, ¿no es lo que todas deseamos para la vida de nuestros perros?
Una rutina estaría ajustada a las necesidades específicas de nuestros perros y, también, ajustada a nuestro propio estilo de vida. La construcción de esta rutina ha de ser sostenible, y esto significa que tiene que proporcionar bienestar a ambas partes y tendría que ofrecernos la sensación de confort y satisfacción suficiente para que podamos mantenerla en el tiempo. Mantenerla,y también ajustarla siempre que sea necesario y existan cambios determinantes.
Me gustaría que pudieras profundizar en todos los aspectos que se convierten en relevantes en la rutina de tu perro, porque no solamente es la base de “comida, paseo, juego, descanso”, más allá de estos elementos tan notables, en la rutina existen (o así tendría que ser), tiempos de reposo en común, espacios individuales donde tu perro se ocupa de sus intereses y tú también de los tuyos.
Que puedas prestar atención al modo en que tu perro se siente conectado y en sintonía con una actividad propia que quizás no está relacionada contigo, que puedas detectar esos tiempos en los que tu perro te observa sin más mientras tú te ocupas de tus cosas, el tiempo que pasáis juntos en la cama desde que os despertáis hasta que os levantáis para salir, el modo en que te espera mientras le preparas su comida o ese momento en que le observas mientras intenta cazar una mosca… Detalles que hacen crecer en bienestar y que forman parte de una rutina cotidiana, tan constante y monótona como puede ser divertida y sencilla.
La rutina no está en la acción, al menos la rutina no es la acción, sino que forma parte de ella. Es el modo en que transitamos, junto a nuestro perro, entre una y otra acción, que casi siempre pasa desapercibido, y son, o al menos pueden convertirse, en instantes de bienestar que suman a la felicidad global.
Y aunque a veces nos pueda parecer monótona la rutina que le proporcionamos a nuestros perros, si proponemos actividades extraordinarias como excursiones, viajes y otros planes, volver a la rutina nos conectará, de nuevo, con esa sensación de confianza y seguridad.