Cómo elegir una guardería canina

Qué debes tener en cuenta para elegir guardería canina.

A la hora de seleccionar una guardería para tu perro… la oferta puede llegar a ser abrumadora. Reviews de internet, opiniones de clientes, el boca a boca, los precios, la cercanía geográfica… ¿cuál es el criterio adecuado? ¡Vamos a intentar desgranarlo todo para que se un poquito más sencillo!

Por dónde empezar.

En esencia, nos encontramos con dos grandes grupos que, luego veremos, se subdividen algo más:

  • Domicilios de conocidos. Ya sean familiares, amigos, vecinos… En ocasiones nuestro entorno más cercano se ofrece para ello o somos nosotros quienes recurrimos a ellos. En este grupo incluimos a todas aquellas personas que, sin ser profesionales del mundo del perro, tienen una disposición adecuada. Pero… ¿es recomendable? Como en muchas otras ocasiones, la respuesta es que depende. Cuidar a un perro es una responsabilidad importante y no debe ser tomada a la ligera. No se trata únicamente de salir a hacer un pis y prepararle la comida, sino de velar por su bienestar emocional, prestarle tiempo de calidad, atender todas sus necesidades e incluso acudir al veterinario en caso de ser necesario. Si la persona en cuestión no tiene experiencia habitual con perros, quizás sea más una carga para ella y pueda resultar abrumador… aparte de no responder a los requerimientos mínimos. Vamos, un marrón de toda la vida, aunque no nos cobren por ello.

 

  • Guarderías profesionales. Esta opción es, a priori, la más razonable porque, sobre el papel, los responsables serán profesionales formados, con experiencia canina y, sobre todo, con dedicación exclusiva, característica que no tiene por qué darse en el grupo anterior. Sin embargo, aquí las opciones también son muy diversas, y responderán tanto a nuestras posibilidades como a las necesidades concretas de nuestro perro:


    • Residencias. Serían aquellas instalaciones que suelen venirnos a la cabeza: espacios muy abiertos con cheniles, habitaciones individuales o cualquier otra solución similar, con zonas comunes y otras limitadas para individuos específicos. La gran ventaja es que los precios suelen ser competitivos, deben contar con los preceptivos permisos legales y el personal está contratado únicamente como cuidador, pero tiene el inconveniente de que la atención nunca va a poder ser permanente durante la estancia ni tan personalizada como en otros formatos.
    • Guarderías. En este subgrupo encontramos a aquellas personas que, en su propio domicilio, ofrecen servicios profesionales con atención específica. Debemos tener en cuenta que la legislación actual contempla este formato como “alegal”; no obstante, considero que en muchas ocasiones supone una solución idónea para los perros si el profesional lo es de verdad, pues la dedicación está muy centrada hacia los perros y hay individuos a los que les cuesta adaptarse a las residencias tradicionales.

 

Claves para elegir con cabeza.

  1. Entrevista previa con los futuros cuidadores. Éste es probablemente el principal criterio que debes considerar. No se trata sólo de que sea una persona amable, empática y que disfrute rodeado de perros: que nos caiga bien y nos dé buen rollo es importante, pero que tenga además conciencia de la responsabilidad que entraña este trabajo y disponga de un mínimo de formación en comportamiento canino es fundamental. Y que, además, su perspectiva en etología canina se alinee con la tuya… debería ser innegociable.
  2. ¿Se adaptarán a las particularidades de mi perro? Tanto si tu perro requiere de medicación, una pauta de dietas especiales, come comida natural, presenta alguna alergia conocida o está convaleciente, los responsables deben poder garantizar plenamente su bienestar. Además, desde un punto de vista comportamental, si tu perro tiene unas necesidades concretas, ya sea en cuanto a manipulación, paseos, relación con otros perros o humanos, lo que sea, debemos informar puntualmente y valorar si las personas a cargo están en condiciones de satisfacerlas o bien, aun queriendo, no pueden por un motivo cualquiera. En este punto debemos ser tan honestos como sea posible para que la valoración sea lo más íntegra posible.
  3. Cómo es el entorno donde se hospedará tu perro. Tener una idea general de cómo es el lugar donde se van a quedar puede ayudarnos enormemente a decantarnos por una opción u otra. Atender a la seguridad, la localización, las alternativas de que dispone, que tu perro pueda inspeccionarlo previamente para que se un lugar más reconocible y que tú puedas quedarte tranquilo… Además, deberíamos poder acceder a todas las instalaciones para asegurarnos que las condiciones higiénicas son las adecuadas, que los perros están correctamente supervisados y que no hay peligros evidentes. ¡Cuando hay transparencia por parte de los responsables, es buena señal!
  4. ¿Me enviarán fotos durante la estancia? A día de hoy, no hay excusa que valga para no mantener constantemente informados a los tutores de los perros acerca de la experiencia de hospedaje. Ya sea a través de un circuito cerrado de televisión, una red de cámaras web, envío de material audiovisual a través de aplicaciones de mensajería instantánea, mensajes de texto, etc. es, en mi opinión, una obligación por parte de quienes se quedan con tu perro el mantener una comunicación diaria. Al fin y al cabo, están cuidando a nuestros seres más queridos y, honestamente, no cuesta nada. Por ello, desconfía de quienes no ofrecen o se niegan a estos servicios. Puede que cuiden perfectamente a los perros, pero desde luego no hay motivo alguno para ser opacos en este aspecto tan importante.
  5. Condiciones económicas. Éste es, quizás, el punto más subjetivo de todos. A la hora de elegir, debería pesar mucho más todo lo comentado anteriormente; por ello, mi consejo es que elijas siempre, dentro del presupuesto que puedas permitirte, aquellas guarderías o residencias que más características reúnan de las mencionadas. Piensa que, si te parece caro, estás pagando por un servicio que garantice el bienestar de tu perro las 24h del día. Dicho de otro modo, si tú te vas de vacaciones, ¿por qué no iba a hacerlo también tu perro, aunque sea en “modo campamento”?
  6. Contrato, documentación y material para el alojamiento. Lo deseable es que un profesional serio ofrezca un contrato para los servicios por los que cobra. Además, en este caso, contempla un ser vivo, por lo que es, si cabe, más importante.  Por otro lado debemos dejar en su haber la cartilla actualizada junto con todas sus pautas de vacunación e historial veterinario, datos de contacto y número de chip. Recomendamos encarecidamente tener su seguro de responsabilidad civil al día, no sólo porque ahora ya es obligatorio en todas las comunidades autónomas, sino porque realmente es un quebradero de cabeza absurdo el no tenerlo.

 

Si tienes cualquier duda al respecto, si crees que tu perro presenta alguna dificultad en la convivencia o si, sencillamente, deseas asesoramiento canino, consúltanos siempre que quieras en www.perromu.com y a través de Instagram en nuestro perfil, @perromu. ¡Estaremos encantadísimos de atenderte!

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