Lesión ligamento cruzado

Una de las principales causas de cojera en el perro es la enfermedad del ligamento cruzado craneal. En la mayoría de los casos se recomienda  un tratamiento quirúrgico. 

La articulación de la rodilla o también conocida como articulación femoro-tibio patelar, es una articulación de gran movilidad, clasificada como diartroidea o sinovial, que participa en movimientos de flexión y extensión. Las estructuras óseas que permiten otorgar su morfología corresponden a la epífisis distal del fémur, patela y epífisis proximal de la tibia.

Entre cada cóndilo femoral y tibial se localizan los meniscos los cuales corresponden a fibrocartílago en forma de C con bordes periféricos gruesos y áreas centrales cóncavas delgadas que compensan la falta de concordancia entre la tibia y fémur  describe que la unión de ambos meniscos insertos en las áreas intercondilares es por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. 

La porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. El menisco medial se adhiere al ligamento colateral medial. 

Los ligamentos tibiofemorales son los ligamentos colaterales y cruzados. El ligamento colateral medial se extiende desde el epicóndilo medial del fémur hasta el lado medial de la tibia, distal al cóndilo medial. Se fusiona con la cara lateral del menisco medial.

El ligamento colateral lateral se extiende desde el epicóndilo lateral del fémur sobre el tendón de origen del poplíteo hasta la cabeza de la fíbula y el cóndilo lateral de la tibia

El Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. La función de este ligamento es impedir que la tibia se deslice cranealmente a la región distal del fémur cuando el miembro pélvico sostiene el peso, limitando también la rotación medial de la tibia cuando la articulación femorotibial está flexionada.

Gran parte de los perros en posición vertical tienen un ángulo normal en la rodilla de 130° a 140° grados. El límite normal de movimiento es de 110º, desde los 40º de flexión hasta los 150º en plena extensión. Para apoyar el peso de forma confortable en una postura de flexión parcial en todo momento, el mecanismo extensor de la articulación de la rodilla está muy bien desarrollado.

Las funciones principales del ligamento cruzado craneal es evitar el desplazamiento hacia delante de la tibia en relación con el fémur (movimiento cajón anterior), mientras que el ligamento cruzado caudal evita el movimiento hacia atrás de la tibia en relación con el fémur (cajón posterior). La lesión de los ligamentos cruzados anterior y posterior conduce a un movimiento anómalo entre el fémur y la tibia durante la flexión y extensión, ya que son estabilizadores axiales primarios de esta articulación.

Los ligamentos cruzados se torsionan uno con otro cuando la rodilla está en flexión, lo que limitan la rotación axial medial.

En el caso de una lesión un estabilizador axial primario, a la inspección clínica se observa un reducido movimiento rotacional de la tibia en relación al fémur. Como ejemplo, la lesión del ligamento cruzado craneal, cuando la articulación está en flexión, se encuentra una rotación medial anómala de la tibia.

Entre las causas de rotura del ligamento cruzado craneal encontramos:

  • la avulsión del ligamento cruzado
  • rotura traumática
  • degeneración

La avulsión consiste en la pérdida de sujeción del ligamento a su punto de inserción, que va acompañado del arrancamiento de un pequeño fragmento óseo en la zona de inserción, bien del fémur o de la tibia. Este tipo de lesión suele darse más frecuentemente en animales jóvenes dado su esqueleto inmaduro. Por otro lado, la rotura traumática del ligamento se da en casos de hiperextensión traumática y rotación interna de la tibia excesiva por sobrecarga del mismo. Por último, la rotura de esta estructura puede estar relacionada con cambios degenerativos y crónicos en el ligamento.

Existen varios factores predisponentes a esta patología:

  • La conformación anatómica
  • La marcha
  • La obesidad
  • La falta de ejercicio

Diversos estudios contemplan mayor incidencia en ciertas raza como el Rottweiler, Terranova, American Staffordshire Terrier, Teckel, Basset Hound y el Bobtail, así como una mayor predisposición en hembras y en los machos castrados en lo que respecta a los machos no castrados.

Ante la sospecha de rotura del Ligamento craneal, podemos valorar la estabilidad articular a través de dos pruebas: 

  • la prueba de cajón 
  • la prueba de compresión tibial

en ambas, tratamos de desplazar cranealmente a la tibia con respecto al fémur, si se logra, el diagnóstico es positivo.

En los estudios radiográficos de rodilla se puede observar ligero desplazamiento de la tibia con respecto al fémur, también y de acuerdo al tiempo de evolución, la existencia de enfermedad articular degenerativa de diversos grados. 

Tipos de cirugías para la lesión del Ligamento Cruzado craneal:

  • Técnicas extracapsulares (Técnica de Flo, Thigth Rope).
  • Técnicas intracapsulares (Sustitución de ligamento con fascia lata o ligamento rotuliano).
  • Modificadores de la biomecánica (Osteotomía niveladora del plato tibial TPLO, Adelantamiento de la tuberosidad tibial TTA, osteotomía triple tibial).

Las opciones quirúrgicas actualmente disponibles para el manejo de la rotura del ligamento cruzado craneal canino incluyen procedimientos de osteotomía, por ejemplo, osteotomía de nivelación de meseta tibial (TPLO) y avance de la tuberosidad tibial (TTA) y reparaciones extracapsulares (ECR).

La técnica de Flo (modificada) consiste en sustituir la función del Ligamento Cruzado craneal anclando sutura sintética (nylon) o alambre de acero inoxidable quirúrgico en la fabela y en la tibia a través de una perforación de la tuberosidad de la misma distal al tubérculo de Gerdy.

Una de las técnicas extracapsulares más recientes es la Tight Rope o técnica de puntos isométricos, las ventajas que tiene sobre cualquier otra técnica de éste grupo es que se utiliza un implante de prolene multifilamentoso más resistente que el nylon o alambre quirúrgico, la fijación de este implante es de hueso-hueso, es decir un parte se fija en fémur y la otra en la tibia dando como resultado una mejor estabilización de la articulación y lo principal es que cumple con la teoría de los puntos isométricos. 

El Avance de Tuberosidad Tibial (TTA) es un procedimiento desarrollado en Zúrich, Suiza, a principios de la década de 2000.. La biomecánica detrás de su éxito para corregir la deficiencia del ligamento cruzado craneal es un cambio en el ángulo del tendón rotuliano que neutraliza eficazmente el cizallamiento tibiofemoral (expulsión tibial) que se produce durante el soporte de peso. Las técnicas quirúrgicas que contribuyen a su éxito incluyen una osteotomía significativamente menos invasiva y la falta de compromiso en el eje de soporte de peso de la tibia. El procedimiento implica una osteotomía de la cresta tibial craneal, el avance de la cresta tibial con una jaula de avance (que actúa como una cuña estabilizadora) y la fijación interna de la cresta con una placa delgada de banda de tensión mantenida en su lugar con tornillos óseos 

La osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO) es un procedimiento desarrollado en Eugene, Oregón, a principios de la década de 1990. Fue el primer procedimiento desarrollado para abordar la biomecánica activa detrás de la enfermedad del ligamento cruzado craneal; la técnica neutraliza el empuje tibial durante el soporte de peso cambiando la meseta tibial a un ángulo neutro y recluta eficazmente el ligamento cruzado caudal para la estabilidad primaria. El procedimiento quirúrgico implica una osteotomía radial (semicircular) de la tibia proximal, rotación de este segmento tibial proximal y fijación interna con una placa ósea y tornillos. 

Varios estudios publicados, en los que se encuestaba a múltiples veterinarios cirujanos ortopédicos indicaba que una preferencia abrumadora por TPLO sobre TTA. Esto está respaldado por un número creciente de publicaciones en la literatura veterinaria que presentan evidencia objetiva de resultados superiores para TPLO vs TTA y ECR.

En comparación con las opciones alternativas, los beneficios de TPLO incluyen:

  • recuperación rápida
  • mejor función de las extremidades a corto y largo plazo
  • tasas significativamente más bajas de complicaciones postquirúrgicas menores y graves en comparación con TTA y TTO
  • una tasa significativamente menor de lesión meniscal postquirúrgica
  • una tasa significativamente más lenta de progresión de la osteoartritis a lo largo del tiempo

Cada caso hay que estudiarlo de manera independiente para elegir la mejor técnica quirúrgica en función del tipo de lesión, del tamaño del perro, de su conformación y ángulos concretos de la rodilla y otros factores que tiene que evaluar el especialista para lograr los mejores resultados y la más pronta recuperación del perro.

 

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