Desde que tengo uso de razón mi vida ha estado vinculada a los animales y siempre me he comunicado con ellos. Son algunos de mis mejores amigos y los mejores consejeros y maestros. No recuerdo ningún día de mi vida en el que no haya hablado con algún animal, ni que me haya sentido sola si estaba con ellos.
De pequeña la comunicación para mí se basaba en sentir al animal, aunque también me llegaban mensajes muy concretos que yo traducía en palabras. Unos años más tarde, buscando un tratamiento para mi yegua Bohemia, encontré un curso de comunicación con Olga Porqueras. Con ella descubrí que había más gente que se comunicaba con los animales y que se podía utilizar la telepatía de manera terapéutica. Se abrió para mí una puerta maravillosa.
Poco después mi perra Phoebe se puso muy enferma y conocí la clínica veterinaria y las diferentes protectoras donde estuve varios años ayudando a través de la comunicación con animales en todo tipo de casos.
Me llegaron tantas consultas, que en 2011 decidí dedicar mi vida plenamente a ellos y a hacer llegar su voz a todos los rincones. Ellos quieren que comprendamos que hay mucho más si escuchamos con el corazón y que, desde el respeto y el amor, podemos volver a ocupar nuestro lugar en el mundo.
Como siempre he sido una mente curiosa y un corazón inquieto, me formé en varios tipos de terapias para ayudar a los animales y complementar las comunicaciones.
La última pieza del puzzle fue comprender a las personas, así que empecé a aprender sobre la mente y sus recovecos para saber cómo superar nuestras limitaciones y avanzar.
Después de haber ayudado a más de 5.000 animales y sus familias, sigo en este proceso. Cada día me enriquece y me hace crecer un poquito más, porque cada comunicación es nueva y única. Sigo acercando la comunicación con animales a todos los rincones que puedo en las formaciones que hago en España y otros países.
Para mí es un privilegio poder acompañar a las personas en este camino y seguir aprendiendo de cada uno de los maestros animales que me encuentro. En las comunicaciones las dudas se solucionan, se crea un compromiso que soluciona la mayoría de los problemas, y el entendimiento que se da impulsa la curación y el crecimiento.
Porque los animales son los mejores maestros que se puede tener, sólo hay que aprender a escucharles.