Tras licenciarme como ingeniera de obras públicas, y darme cuenta de que no era lo mio, di el salto al mundo del perro dedicándome unos años a trabajar como adiestradora y formadora. Para complementar mi formación me certifiqué en dietética y nutrición veterinaria así como en auxiliar de veterinaria. En en año 2012 empecé con mi primera experiencia en el mundo del emprendimiento, siendo cofundadora de la marca de alimentos deshidratados Naku.
Tras dejar la empresa me adentré en un nuevo proyecto: Delikatetxe. Somos una pequeña cooperativa con un centro de producción ubicado en Elorrio (Vizcaya). Elaboramos productos derivados de gallina campera de granjas del País Vasco y Navarra. Con el paso de los años, la gallina, una carne que antes era muy apreciada, ha ido poco a poco desapareciendo de nuestras cocinas mientras que la cría de pollos a gran escala se hacía cada vez más económica. Es por esto que decidimos embarcarnos en esta aventura de montar una fábrica para transformar las gallinas en caldos y productos naturales. Actualmente elaboramos para nuestra marca (Delikatetxe), pero también hacemos caldos de cocina y caldos de hueso para otras marcas.
Somos una empresa pequeña, así que nos toca hacer un poco de todo. Por mi parte, me encargo de la venta y gestión de las producciones, del control de calidad y de desarrollo de productos. No lo hago sola, evidentemente, pero tener una visión más global hizo que un día se encendiera ese “clic”. ¿por qué no hacer un caldo para perros y gatos?
Personalmente llevaba mucho tiempo haciendo caldo para mis perros. A mi border collie Oker le encontraron cristales de estruvita en la orina cuando tenía solo 6 años. Él ya comía una dieta natural en aquel entonces, por lo que hacerle beber más agua era complicado. Empecé a preparar el caldo en casa en una olla de cocción lenta. Todas las tardes, como un reloj, Oker aparecía por la cocina anticipando el momento de tomar su caldito. Y se lo dimos, todos los días durante los siguientes 9 años que vivió. Su veterinaria estaba impresionada con el resultado, sin necesidad de medicación ni cambios permanentes de dieta mantuvo el problema a raya durante toda la vida. No solo ayudó con los cristales, el caldo nos servía como premio, cuando ya estaba mayor y mantenerlo bajo de peso era importante para sus articulaciones. Siempre le sentaba bien, incluso si estaba pasando algún episodio de diarrea.
Desde entonces he recomendando el caldo de huesos como complemento a una dieta saludable, pero para mucha gente era un engorro tener siempre una olla en casa para hacer un caldo que necesita tantas horas de cocción. Así que cuando me di cuenta de que teníamos todo lo necesario para hacer un buen caldo de huesos a mayor escala dijimos, ¿por qué no?
Ese fue el origen de Weso, la marca con la que actualmente elaboramos caldos de huesos para perros y gatos. De carne y de gallina, por supuesto 😉