Cuando pensamos en sobremedicación rápidamente nos vienen a la cabeza ancianos con sus pastilleros repletos de pastillas, quizás más de 10 diferentes a lo largo del día y todas con finalidad paliativa de los diferentes síntomas que sufra. Y es que la sobremedicación en humana es algo que lleva tiempo hablándose y abordándose. Pero este problema es exclusivo de la medicina humana? La respuesta es “no”.
Antes de entrar en materia es necesario definir el concepto de sobremedicación. Entendemos por sobremedicación el uso de fármacos que no están clínicamente indicados y/o se administran de manera inapropiada o demasiado agresiva, incluso cuando las alternativas no farmacológicas son más adecuadas. El resultado más conocido de la sobremedicación es la aparición de superbacterias por el mal uso de los antibióticos. En veterinaria también se está destapando la sobrevacunación.
A mí entender, solo hay dos caminos para evitar la sobremedicación y ambos deben ir de la mano. El primero de ellos es realizando una correcta medicina preventiva, con pautas adecuadas y actualizadas en materia de vacunas, la realización de controles coprológicos de manera periódica, alimentación natural adecuadamente formulada y revisada para adaptarse a cada momento de la vida del animal, y cuidando el vínculo humano-animal así como la salud mental del animal. Con la medicina preventiva conseguimos evitar que el animal enferme. El segundo es el abordaje en caso de enfermedad.
Cuando el animal enferma, muchas veces será necesario hacer pruebas para poder llegar al diagnóstico y así evitar la sobremedicación. Cuando se sospecha de una enfermedad bacteriana, es muy importante realizar un cultivo microbiológico y un antibiograma para saber a qué bacteria nos enfrentamos y qué antibióticos resultan efectivos.
Hay que tener presente, además, que no todas las infecciones bacterianas requieren del uso de antibióticos, de hecho, en dermatología actualmente se está trabajando con champús que presentan agentes antisépticos como clorhexidina u ozono; además, las otitis en ningún caso deberían ser tratadas sin la realización previa de una citología y tenemos productos que no llevan antibióticos pero son igualmente eficaces que permiten el abordaje terapéutico sin necesidad de contribuir a las resistencias bacterianas y que permiten un primer abordaje mientras esperamos el resultado del cultivo en aquellos casos más graves.
Una vez realizadas las pruebas pertinentes, lo más importante es estar en manos de un veterinario que apoye la medicina veterinaria integrativa y la considere. Por desgracia, a día de hoy todavía es demasiado habitual comprobar que la primera y la única opción que se le da, por ejemplo, a un paciente artrósico es medicarlo con diferentes fármacos, pero, en cambio, no se ofrecen otras opciones como la acupuntura y la rehabilitación, que permiten retrasar el uso de tanta medicación, mejoran la calidad de vida y alargan la vida de nuestros animales.
Integrar en medicina implica hacer un uso responsable de los medicamentos, conocer las propias limitaciones como profesional y trabajar en equipo. Se hace un uso responsable de medicamentos porque integrar implica aprovechar lo bueno que nos ofrece cada medicina, de modo que puedes obtener mejores resultados, por ejemplo, podemos evitar el uso de inmunosupresores en animales alérgicos con una alimentación natural adecuadamente formulada y medicina tradicional china, pero si el animal está muy descompensado, quizás sea preferible tratar con fármacos unos días para aliviarle.
Integrar implica conocer las propias limitaciones como profesional y trabajar en equipo porque no podemos saberlo todo y tendremos que compartir con diferentes compañeros los casos para poderlos abordar con todo su potencial ya que no es necesario saber de nutrición, de acupuntura, de rehabilitación, de fitoterapia, de homeopatía, etc, lo necesario es saber cuándo un animal puede beneficiarse de este tipo de estrategias terapéuticas y derivarlo a una compañera que sí sepa de la terapia que es más adecuada para el paciente, igual que se deriva al traumatólogo o al neurólogo.
La sobremedicación es una realidad que disminuye la calidad y esperanza de vida de nuestros animales y puede poner en riesgo la salud humana a medio-largo plazo. Los tutores de animales tenemos también un papel activo muy importante para evitarla, ya que en nuestras manos está garantizarle a nuestro animal una medicina preventiva adecuada, alimentación de verdad y revisada por profesionales, y realizando las pruebas necesarias para evitar medicaciones preventivas innecesarias, como es el caso de la revacunación anual. Además, podemos aprovechar las visitas de medicina preventiva para saber el posicionamiento de nuestro veterinario en materia de medicina integrativa para poder decidir si queremos buscar uno por nuestra cuenta o cambiar de veterinario para acudir a uno que sí las contemple en su abordaje terapéutico.