Pequeñas decisiones, grandes cambios: la importancia de la elección en perros
¿Y si te dijera que dejar elegir a tu perro puede mejorar su bienestar emocional tanto como una buena dieta o el ejercicio diario?
El concepto de elección juega un papel fundamental en el bienestar animal y es clave para mejorar la calidad de vida de los perros (Rust et al., 2024). Observar cómo los perros toman decisiones en su entorno cotidiano nos permite comprender mejor sus preferencias y necesidades, las cuales muchas veces pasan desapercibidas para los humanos. Aunque los humanos gestionamos muchas de sus experiencias, otorgarles cierto grado de autonomía dentro de un marco seguro y estructurado no solo refuerza su autoestima, sino que también mejora su bienestar emocional y cognitivo. Sin embargo, en la convivencia con los humanos, esta facultad suele estar restringida, lo que puede afectar negativamente su bienestar.
El impacto del control y la elección en el bienestar animal
Los animales toman decisiones constantemente mientras interactúan con su entorno, en un proceso que influye tanto en su comportamiento como en su bienestar (Dawkins, 2023; Leotti et al., 2010). En el ámbito del bienestar animal, los conceptos de elección y control están estrechamente relacionados. Se considera que la elección implica la disponibilidad de diferentes opciones ambientales, mientras que el control se refiere a la capacidad del animal para influir activamente en su entorno (Brando & Buchanan-Smith, 2018; Fernandez et al., 2023). Estudios previos han demostrado que permitir la elección y el control mejora el bienestar en animales en cautiverio, como en zoológicos o laboratorios (Markowitz, 1978; Fernandez & Martin, 2021). En el caso de los perros, esta capacidad puede reducir el estrés, fortalecer su confianza y mejorar su capacidad de adaptación a nuevas situaciones.
La elección en la vida cotidiana del perro
Los tutores suelen desconocer cómo la falta de autonomía puede afectar el bienestar emocional y conductual de sus perros. En aquellos con ansiedad, miedo o frustración, la privación de control sobre su entorno puede intensificar estos estados, dificultando su capacidad de afrontamiento.
Brindarles oportunidades para tomar decisiones fortalece su seguridad y optimismo, además de mejorar la relación con sus tutores. Sin embargo, los perros suelen intentar comunicar sus preferencias de manera sutil, y estas no siempre son interpretadas correctamente. Aprender a reconocer y respetar estas señales puede prevenir problemas de comportamiento y aumentar su bienestar general.
Cuando un perro desea tomar decisiones pero se ve impedido de hacerlo, pueden surgir diversas respuestas emocionales y conductuales. La frustración, el estrés y la ansiedad pueden aparecer cuando un perro no puede influir en su entorno o satisfacer sus necesidades básicas de exploración y socialización. Por ejemplo:
Un perro que intenta alejarse de un desencadenante, pero no puede, podría mostrar respuestas de miedo o reactividad.
La exposición forzada a situaciones estresantes puede generar aversión a ciertas actividades, como los paseos.
La falta de oportunidades para la exploración olfativa durante el paseo puede aumentar los niveles de estrés y frustración.
Estrategias para fomentar la toma de decisiones de tu perro
Elección en el hogar: creando un entorno adaptado al perro
El hogar es el primer espacio donde los perros pueden ejercer control sobre ciertos aspectos de su vida. Brindarles opciones les permite expresar sus preferencias y sentirse más seguros.
Zonas de descanso: dónde y cómo dormir
Los perros necesitan opciones para elegir dónde descansar. Factores como la temperatura, la comodidad y la seguridad influyen en su preferencia por ciertos lugares. Es recomendable ofrecerles varias alternativas, como camas en diferentes habitaciones o superficies blandas y duras para que escojan según su necesidad.
Si un perro solo dispone de un único lugar de descanso sin otras opciones, no está ejerciendo una elección real, sino adaptándose a lo disponible.
Ubicación y elección del comedero
A menudo colocamos los comederos y bebederos en lugares convenientes para nosotros, pero no siempre son ideales para el perro. Algunas señales de incomodidad pueden ser rechazo a la comida o comer más lentamente de lo normal.
Algunas recomendaciones incluyen:
Probar diferentes ubicaciones y observar dónde se siente más cómodo comiendo.
Permitirle elegir entre distintos tipos de recipientes.
Evitar zonas con ruidos molestos o cerca de objetos que generen estrés, como la aspiradora o electrodomésticos ruidosos.
Elección durante los paseos: ritmo, destino y exploración
El paseo es una de las actividades más importantes en la vida del perro y un momento ideal para otorgarle cierto control sobre su experiencia.
Duración y frecuencia del paseo
Cada perro tiene necesidades individuales en cuanto a la duración de los paseos. Algunos disfrutan de caminatas largas y exploratorias, mientras que otros prefieren paseos más cortos y tranquilos. Observar su lenguaje corporal y ajustar la duración según su respuesta es clave para garantizar un paseo placentero. Algunos perros pueden beneficiarse de paseos más breves pero frecuentes en lugar de uno largo al día. También es importante considerar que hay días en los que el perro puede necesitar pasear menos, y esto debe ser respetado.
Elección del entorno
Los perros no eligen dónde viven, pero los tutores pueden adaptar las rutas de paseo a sus necesidades y preferencias. Algunos entornos pueden generar más estrés que otros; por ello, es recomendable observar su reacción en distintas áreas y optar por lugares donde se sienta más relajado.
Estrategias para mejorar la experiencia del paseo:
Variar las rutas y explorar nuevos lugares.
Escoger entornos con menos tráfico y ruido si el perro se siente abrumado en la ciudad.
Ofrecer oportunidades de paseo en la naturaleza cuando sea posible.
Ritmo e interacción con el entorno
Respetar el ritmo del perro durante el paseo es crucial. Forzarlo a caminar rápido sin darle tiempo para olfatear o explorar puede generar estrés y frustración.
Para favorecer una experiencia más enriquecedora:
Permitir que el perro tome la iniciativa en algunos momentos del paseo.
Dejarle decidir qué olores investigar y cuánto tiempo dedicar a ello.
Facilitar interacciones con otros perros si el perro lo desea y es seguro.
Tiempo en correa y tiempo suelto
Si bien la correa es necesaria en muchos entornos urbanos por seguridad, es fundamental buscar momentos y lugares donde el perro pueda disfrutar de mayor libertad de movimiento.
Opciones para equilibrar el tiempo en correa:
Utilizar correas largas en parques o espacios abiertos para darle más autonomía.
Buscar zonas seguras donde pueda estar sin correa bajo supervisión.
Introducir paseos controlados en los que el perro pueda explorar con menos restricciones.
Encontrar espacios donde pueda desplazarse libremente fortalece su confianza y mejora su bienestar general.
Juego y estimulación cognitiva – ¡Que el juego lo elija tu perro!
El juego es una necesidad esencial para los perros, pero no todos disfrutan de las mismas actividades. Permitirles elegir cómo jugar y con qué interactuar es una excelente manera de darles control sobre su entorno.
Tipos de juego y preferencias individuales
Algunos perros disfrutan juegos locomotores, como correr tras una pelota, mientras que otros prefieren juegos de manipulación, como morder o destruir juguetes. También hay perros que encuentran satisfacción en juegos cooperativos con sus tutores, como el tira y afloja o la búsqueda de objetos.
Para ofrecer variedad y opciones:
Proporcionar diferentes tipos de juguetes y observar cuáles prefiere.
Rotar los juguetes para mantener su interés.
Respetar si el perro no quiere jugar en ciertos momentos.
Rompecabezas de comida y enriquecimiento cognitivo
El uso de juguetes interactivos para la alimentación fomenta la toma de decisiones y estimula la mente del perro. Introducir variedad en estos recursos fomenta la exploración y permite que el perro elija su método preferido de obtención de alimento.
Algunas opciones incluyen:
Alfombrillas de lamido.
Dispensadores de premios.
Alfombras olfativas o juegos de búsqueda de comida.
Cuando se les presentan múltiples opciones (rompecabezas de comida, alfombrillas de lamido, juegos de olfato, cajas con premios), los perros pueden elegir su favorito. Estos recursos no solo enriquecen su vida, sino que también pueden reducir la ansiedad y mejorar su bienestar emocional.
Interacciones sociales: dejando que el perro decida
No todos los perros disfrutan interactuar con otros perros o personas. Permitirles elegir con quién relacionarse es fundamental para evitar experiencias negativas.
Algunas estrategias incluyen:
Observar el lenguaje corporal del perro y evitar forzar interacciones no deseadas.
Organizar encuentros en ambientes controlados con perros compatibles.
Respetar su necesidad de espacio cuando así lo indique.
Cada perro es único en sus preferencias sociales, y comprenderlas es clave para fomentar su bienestar.
Consentimiento y manejo basado en elecciones
La relación entre humanos y perros se basa en la comunicación, la confianza y el respeto mutuo. Sin embargo, a menudo se asume erróneamente que los perros están siempre dispuestos a recibir caricias, manipulaciones o interacciones sociales. En realidad, cada perro tiene sus propias preferencias y límites, y garantizar que tenga la oportunidad de dar su consentimiento antes y durante cualquier interacción es importante para su bienestar. Un aspecto clave es permitir que pueda elegir cómo y cuándo participar en esas interacciones.
Algunos puntos clave sobre el consentimiento en perros incluyen:
No todos los perros disfrutan del contacto físico prolongado.
Un perro puede querer estar cerca de un humano sin necesidad de ser tocado.
El hecho de que un perro tolere una interacción no significa que la disfrute.
Respetar su lenguaje corporal y señales de incomodidad fortalece su confianza en los humanos.
La regla de los tres segundos
Una herramienta útil para evaluar el consentimiento del perro en interacciones físicas es la regla de los tres segundos. Su aplicación es sencilla:
- Acaricia al perro durante tres segundos.
- Detén el contacto y observa su reacción.
- Si el perro busca más contacto, continúa. Si no lo hace o muestra señales de incomodidad, respeta su decisión.
Este método permite al perro expresar su preferencia sin presión y ayuda a los tutores a entender mejor qué tipo de contacto disfruta. Con el tiempo, la observación de estas señales se vuelve automática, permitiendo una comunicación más natural y respetuosa.
Cuidado cooperativo
Por otro lado, el cuidado cooperativo es una metodología en auge que busca involucrar al perro en procedimientos como cepillado, cortes de uñas, revisiones veterinarias y otras manipulaciones. En lugar de forzarlo, se le da la opción de participar activamente, lo que reduce el estrés y mejora su disposición para cooperar.
Ejemplos de consentimiento en el manejo:
- Cepillado: algunos perros aprenden a colocar la cabeza sobre un cojín como señal de que están listos para ser cepillados. Si retiran la cabeza, indican que prefieren detener la sesión.
- Revisión de patas o corte de uñas: se puede enseñar al perro a presentar voluntariamente una pata para que se le manipule. Si retira la pata o se aparta, es una señal clara de que no está cómodo en ese momento.
- Revisiones veterinarias: se puede entrenar al perro para subirse voluntariamente a una mesa de exploración o para que se quede quieto en un procedimiento sin necesidad de contención forzada.
Este manejo cooperativo requiere paciencia y entrenamiento progresivo, pero ofrece enormes beneficios al reducir la ansiedad del perro y mejorar su relación con los humanos.
Observación del lenguaje corporal: respetando los límites del perro
Los perros comunican constantemente su nivel de comodidad a través de su lenguaje corporal. Algunas señales que indican incomodidad incluyen:
Girar la cabeza o apartar la mirada.
Relamerse el hocico repetidamente.
Mostrar tensión corporal o endurecer la postura.
Agacharse o alejarse de la interacción.
Emitir gruñidos o ladridos de advertencia.
Si un perro muestra alguna de estas señales, lo más apropiado es detener la interacción y darle espacio. Respetar su comunicación evita que el estrés se acumule y previene respuestas más intensas en el futuro.
La clave está en observar, interpretar y responder adecuadamente a sus señales, creando así un entorno de respeto y comunicación mutua. El consentimiento no solo beneficia al perro, sino que también mejora la relación con su tutor, promoviendo una convivencia más armoniosa y libre de conflictos.
Conclusión
Respetar sus preferencias y ofrecerles opciones no significa perder el control, sino crear un marco de vida estructurado donde puedan desarrollarse de manera más plena y equilibrada.
Referencias bibliográficas
Brando, S. I., & Buchanan-Smith, H. M. (2018). The 24/7 approach to promoting optimal welfare for captive wild animals. Behavioural Processes, 156, 77–95.
Dawkins, M. S. (2023). The science of animal welfare: Understanding what animals want. Oxford University Press.
Englund, M. D., & Cronin, K. A. (2023). Choice, control, and animal welfare: Definitions and essential inquiries to advance animal welfare science. Frontiers in Veterinary Science, 10, 1250251.
Fernandez, E. J., & Martin, A. L. (2021). Animal welfare management in zoological facilities: Concepts, theory, and practice. Journal of Applied Animal Welfare Science, 24(4), 382–394.
Fernandez, E. J., Brando, S. I., & Whitehouse-Tedd, K. (2023). Enrichment, choice, and control in animal welfare: Present and future considerations. Animals, 13(1), 104.
Leotti, L. A., Iyengar, S. S., & Ochsner, K. N. (2010). Born to choose: The origins and value of the need for control. Trends in Cognitive Sciences, 14(10), 457–463.
Markowitz, H. (1978). Behavioral enrichment in the zoo. Van Nostrand Reinhold.
Rust, K., Clegg, I., & Fernandez, E. J. (2024). The voice of choice: A scoping review of choice-based animal welfare studies. Applied Animal Behaviour Science, 106270.