Cómo sobrevivir a un cachorro

Introducción de un cachorro a una familia multiespecies

Cuando decidimos introducir un cachorro a nuestra casa, hay que tener en cuenta muchos aspectos. Pero cuando ya hay otros perros en el hogar, es necesario, además, prepararlo todo cuidadosamente y tener claras las pautas para que la introducción sea lo más llevadera posible para todos los miembros de la familia. También conviene reflexionar sobre algunos puntos clave.

Antes de tomar la decisión de introducir un cachorro:

  1. ¿Están tus perros preparados para la llegada de un nuevo miembro a la familia?
    ¿Saben gestionar bien los momentos de jaleo y los picos de estrés en casa? Porque, aunque elijas al cachorro más tranquilo del mundo mundial, sigue siendo un cachorro, y va a revolucionar la casa con facilidad. Es lo que le toca: está en su naturaleza.
    A ti te toca acompañar ese proceso. Y en cuanto a tus perros adultos, ¿tienen recursos para gestionar esa nueva convivencia?

  2. ¿Tienes recursos no solo para acompañar a tu cachorro, sino también para gestionar los espacios, anticipar momentos de tensión y actuar cuando tus perros adultos no sean capaces —o no deban— resolver un conflicto?

  3. Ten presente que tu cachorro va a aprender observando a tu perro adulto.
    Piensa en cómo es tu perro ahora mismo: imagina tener dos como él en casa.
    ¿Te encaja la idea? Desde ahí, toma tu decisión.

  4. Tener más animales implica disponer de más tiempo.
    Un cachorro tiene necesidades muy distintas a las de un perro adulto, y durante un tiempo necesitarás compensar esa diferencia, dedicando momentos por separado a cada uno.
    ¿Puedes permitirte eso ahora mismo?

Si has pasado este filtro, vamos a ver cuál sería la mejor forma de introducir a tu cachorro.

Vamos a hablar del mundo ideal – aunque no siempre tenemos la posibilidad de hacerlo desde esa perspectiva “utópica”. Siempre hay que intentar hacerlo lo mejor posible dentro de nuestras circunstancias y evitar dejar nada al azar.

1. Si puedes conocer al cachorro antes de llevártelo a casa, mejor. Primero ve tú a solas, y luego, si es posible, con tus perros.

Elige con cuidado el entorno donde se vayan a encontrar. Si el lugar es nuevo, hay otros perros o personas desconocidas, es probable que tus perros se pongan nerviosos, y eso afectará al encuentro.

Nadie conoce mejor a tus perros que tú. Observa, evalúa y toma decisiones que se ajusten a ellos.

Si puedes repetir estos encuentros en un espacio neutro, genial. Si puedes dejar a tu cachorro alguna prenda tuya y alguna manta de tus perros, ideal. Lo mismo: si el cachorro dispone de alguna manta, puedes hacer tú también ese intercambio de objetos con su olor.

Este paso le ayuda tanto a tu cachorro como a tus perros. Aunque se vean una vez, ya es mejor que ninguna. Ten en cuenta que para los cachorros el traslado es literalmente un rapto: una persona desconocida se los lleva a un lugar desconocido, con animales desconocidos… Cuanto más conscientes seamos de esta realidad, más fácil va a ser todo.

2. Tanto si ya has conocido a tu cachorro y has dejado tus prendas y a tus perros algo con olor al cachorro (aunque tú ya te lo llevaste a casa en tu ropa), como si no has podido hacer este paso por las razones que sean, sigue leyendo.

El siguiente paso será la presentación. Hazlo en un espacio neutro – dar un paseo con un cachorro es un poco complejo, así que primero da un paseo con tus perros para que estén relajados y con sus necesidades cubiertas.

Elige un espacio donde puedas manejar a todos los perros – si tienes que pedir ayuda, hazlo. Más vale prevenir que curar, recuérdalo siempre.

No presentes a todos los perros a la vez (en caso de tener más de uno en casa). Elige el que más capacidad de gestión tiene en situaciones nuevas. Si sabes que es un perro que respeta, déjalo sin correa si es un espacio seguro, pero ponle el arnés y ten la correa preparada por si hace falta gestionar distancias. Al cachorro llévalo con una correa larga fina, la puedes dejar suelta por el suelo.

Dependerá mucho del carácter de cada perro y de cada cachorro si es mejor que vayan con correa o puedan estar sueltos.
Ojo: si te tensas cuando van con correas, mejor pídele ayuda a alguien.

Si tienes un cachorro tipo “terremoto”, es posible que tengas que ayudarle a regularse un poco. Pero si tu perro adulto lo gestiona con calma, deja que el cachorro aprenda observándolo.

Si ves que tu perro adulto se agobia, aparta al cachorro y da unos pasos para crear algo de espacio y aliviar la tensión.
Pueden darse muchas situaciones distintas, y por eso te lo repito: nadie conoce mejor a tus perros que tú. Actúa según tu criterio y, si tienes dudas, pide ayuda a un profesional.

No te lo digo para alarmarte, sino para que estés preparadx. Y si lo estás, lo harás genial. Lo sé.

3. Una vez hecha la presentación en un espacio neutro con los perros de casa, deja que el cachorro entre en tu hogar.

Lo ideal es que los perros adultos no estén presentes en ese momento, para que el cachorro tenga la oportunidad de explorar con tranquilidad, sin sentirse vigilado o intimidado.

Doy por sentado que ya has guardado los objetos peligrosos o valiosos, has preparado camas extra y adaptado el espacio para su llegada.
Si tu perro tiene algún juguete u objeto muy preciado, valora guardarlo durante los primeros días para evitar posibles conflictos. Ya lo irás reintroduciendo poco a poco y en un ambiente más relajado.

Si no tienes la posibilidad de que tus perros se queden fuera un rato más (por ejemplo, paseando con alguien), intenta que el adulto no esté demasiado encima del cachorro mientras este explora.

Y con “demasiado encima” no me refiero a que lo acompañe, sino a cómo lo hace:
¿Lo vigila de cerca sin dejarle moverse libremente? ¿Le genera tensión con su actitud? Obsérvalo y actúa en consecuencia.

Puedes usar una correa dentro de casa si lo necesitas, hacer tú de barrera física, o guiar al cachorro para que no sea tu perro adulto quien asuma ese papel.
Evita encerrar al adulto en otra habitación: eso solo aumentará su ansiedad.

4. Sé consciente de que es un cambio grande para todos.

5. A partir de aquí empieza la aventura de convivir con tu nuevo cachorro.

Mantente atentx a las necesidades de todos los miembros de tu familia.
A menudo, como nuestro perro adulto “no da guerra” y el cachorro suele exigir mucha atención, tendemos a centrarnos en el más pequeño.

Pero es fundamental seguir dedicando tiempo exclusivo a tu perro adulto.
Un momento ideal es el paseo: recuerda que tu cachorro debe empezar a salir poco a poco, con recorridos cortos y progresivos, conociendo su entorno a su ritmo.

Y sí, tu perro adulto puede ayudarle a sentirse más seguro —siempre que él también se sienta cómodo en la calle—, pero no tiene por qué cargar con ese papel.
La responsabilidad de acompañar y proteger al cachorro es tuya. No la de tu perro.

Así que disfruta de esos paseos largos y tranquilos con tu perro adulto (y no, no dejes solo al cachorro mientras tanto).
Haz primero un paseo corto con él a solas y, después, podéis salir los tres juntos.
Por eso, uno de los filtros que planteábamos al principio era el del tiempo disponible.

Hay muchas más cosas a tener en cuenta, porque tu cachorro va cambiando, va creciendo y aprendiendo.

Y tú y tu perro adulto también. Lo que hoy le funciona al cachorro no será lo mismo dentro de dos meses.
Permanece atentx, revisa dinámicas si ves que la carga para tu perro adulto es demasiado alta…
y sobre todo, disfruta del proceso. 🙂

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *